martes, 19 de mayo de 2009

Uruguay: Radio La Zurda,contestación a el Dr. Daniel

En la mañana de hoy,19 de mayo, ustedes hicieron una entrevista a un médico de nombre Daniel, lamentablemente, no pude escuchar el apellido. Este médico, dedicó el espacio ofrecido para hablar sobre la delincuencia, principalmente de la delincuencia juvenil. Habló de impunidad.

Habló de los "irrecuperables", dirigiéndose a jóvenes menores de 18 años, que han entrado más de 100 veces a las comisarías.Habló, sobre los barrios más pobres,los cantegrilles, de la responsabilidad de las madres y padres ausentes.

Su "discursillo" fue de odio, odio abierto a una gran parte de la ciudadanía. A la más pobre. A la que jámas se le dio una oportunidad en décadas.Este doctor, tan adoctorado, olvida, que muchos de estos ciudadanos, a los que él condena a cadena perpetua, y si fuera posible,(no lo dijo en palabras), a pena de muerte, son descendientes de trabajadores, obreros, empleados, que fueron expulsados de sus fuentes de trabajo. También son aquellos que fueron expulsados del campo.

No se que edad tiene Ud, pero a modo de ejemplo, volviendo al pasado, ese no tan lejano, por fines de los 60 o comienzos de los 70, Daniel Viglietti, compuso una canción dedicada al Chueco Maciel.Sabe usted la historia del Chueco Maciel? El Chueco, era un uruguayo de Tacuarebó, su familia fue expulsada de la tierra, su destino fue un cantegril.El Chueco asaltaba, y repartía su botín con sus vecinos en desgracia. La polícia lo acribilló por las espaldas.

Era sr.dr. Daniel, en el tiempo que queríamos construir una Patria para todos, La Patria Maciel.
Ud. me dirá que no es lo mismo que hoy. No,Sr.dr Daniel, no es lo mismo. La droga, pertencía a los de su clase, (clase alta, y alta media) la que la podía pagar, la pasta base no existía. Aún existe el consumo de droga en las clases altas y medias, pero no es pasta base.
Tampoco la pobreza y la indigencia estaba tan extendida como hoy, fue acrecentandose con la dictadura, y con los gobiernos que le han sucedido, incluído el actual.

En que mundo vive usted?

En todo el mundo aumentan los desocupados, millones de nuevos desocupados, dónde cree usted terminarán?
En lo que refiere al nuestro, no hay fuentes de trabajo ni para los que tienen estudios, que son los que emigran sin papeles, a una Europa que día a día los persigue, encarcela y deporta. En una Europa, donde los fascitas están muy bien organizados, para borrar del mapa a cualquier extranjero, no solamente los negritos de Àfrica. Los Sudacas como Ud y yo, también.

No me hable de impunidad, por favor!

La impunidad existe, convive a diario con nosotros, y no le hablo solamente de la impunidad de militares y civiles durante la dictadura.
La impunidad, reina desde Salsipuedes, pasando por los muchos estudiante y obreros asesinados antes de la dictadura, en plena "democracia", con o sin medidas de seguridad.

Impunidad existe de diferentes formas, el hambre, la falta de educación, la pésima educación que se da en las escuelas y liceos, abarrotados de alumnos.
Impunidad, es ir a la escuela para recibir un plato de comida. Impunidad, es morir sin atención médica, sin poder comprarse medicamentos.
Existe impunidad, por los que hoy, como ustedes defienden un sistema corrupto, desigual y asesino.

Ud, señor llama al odio. Ud es un pobre hombre, sin moral y sin ética y más que nada deshumanizado.
Los que cobardemente acabaron con la vida de los Dos Rodrigos, sr Daniel, no eran jóvenes de cantegriles, eran jóvenes, indoctrinados con gente como usted. Ud y su doctrina del Odio. Podrían ser sus hijos. A los padres de estos dos asesinos, Sr Dr, no le pregunta usted donde estaban? No tienen ellos responsabilidades?

Su "discursillo",Sr. está muy cerca de los Goyos, de los Larrañaga, de los militares retirados o no, de tantos ex, que hoy están de candidatos, ministerios, etc.
Ud Sr, en otras circunstancias, sin duda puede llegar a ocupar el mismo lugar que ocuparon los médicos infames de la dictadura durante los interrogatorios y las torturas. Esos médicos, como Ud estaban llenos de Odio.
Lidia Camacho/Suecia

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